¿Qué está en juego en esta COP30? Una visión desde la agenda de financiamiento.
- Dra. Sandra Guzmán

- 10 nov
- 7 Min. de lectura
Arranca la COP30 en Belém, Brasil, y afloran los sentimientos sobre lo que esta conferencia de las Partes realmente puede hacer por el mundo. En un momento en que la credibilidad del aparato internacional de las Naciones Unidas está en una crisis y los países caminan hacia una acelerada regresión en cuanto a sus compromisos -ya no sólo climático- sino incluso compromisos con la propia democracia, y la protección de los derechos humanos, el mundo necesita esperanza.

Pese a dicho escenario, hay un claro llamado para que esta COP sea exitosa y logre avanzar con pasos firmes hacia el cumplimiento del Acuerdo de París. Sin embargo, las esperanzas de un paquete exitoso resultado parecen complejizarse ante la falta de acuerdo sobre temas clave como adaptación, financiamiento y transición justa, y ante la falta de claridad sobre la estrategia y las prioridades de la presidencia de Brasil para guiar estas conversaciones.
Lo anterior porque toda COP requiere del compromiso político y diplomático de la presidencia para alcanzar acuerdos. Lo cierto es que la COP30 solo será creíble si viene acompañada de un claro avance en la provisión y movilización de financiamiento climático, particularmente en materia de adaptación.

¿Qué elementos deben integrarse en el paquete de financiamiento climático en la COP30?
Muchos son los aspectos de financiamiento que serán discutidos. Después de la firma del Acuerdo de París, todo transitó hacia un esquema de implementación en el que los recursos para lograrlo son fundamentales.
En este sentido -aunque hay 17 elementos en la agenda sobre financiamiento- hay cuatro aspectos que son críticos y necesitan una respuesta o decisión en esta COP:
La Ruta de Bakú a Belém para movilizar 1.3 trillones de dólares: durante la COP29 en Bakú se acordó una nueva meta colectiva cuantificada de financiamiento climático (NCQG por sus siglas en inglés) como parte del Artículo 9 que promueve apoyo financiero para los países en desarrollo. Pese a la demanda de contar con un compromiso financiero que respondiera a las necesidades de dichos países, solo se acordó triplicar la meta de los 100 mil millones que había sido acordada desde 2009. Es decir, el nuevo objetivo quedó en 300 mil millones anuales a partir de 2026. Esto generó un gran descontento en los países en desarrollo, pues se necesitan billones para atender estas necesidades. Por ello, un grupo de países en desarrollo propusieron generar una Ruta para movilizar al menos 1.3 billones, como una meta aspiracional. Esta Ruta debía ser liderada por las presidencias de Brasil y de Azerbaiyán, llevando a cabo consultas con los países partes. Tras casi un año de dicho acuerdo, y a escasos 3 días de comenzada la COP, se presentó la Ruta con diversos aspectos positivos, algunos negativos y otros inaceptables
Pese a señalar que se trata de un tema no negociable porque la decisión de COP29, no lo prevé como tal, es un elemento que requiere una respuesta, aunque sea simbólica. Posibles escenarios son:
a) Los países deciden darle la bienvenida, adoptarla y crear un proceso para revisarla e implementarla en los próximos años.
b) No se acuerda un proceso de adopción, pero se reafirmar un esquema de transparencia que permita al Comité Permanente de Financiamiento elaborar un reporte sobre la ruta, como parte del mandato del NCQG.
c) Dada la falta de transparencia y de inclusión en el proceso, las partes no dan la bienvenida y queda como un documento más de la presidencia de la COP, sin futuro alguno.
Si bien otros escenarios podrían ser posibles, lo cierto es que hay poco consenso sobre este documento, su contenido y el proceso que le dio vida, y solo una maniobra diplomática de Brasil podría ayudar a darle un respiro, aunque por lo señalado por la presidencia, esta no es una de sus prioridades.
2. Artículo 9.1 sobre provisión de financiamiento climático para países en desarrollo: Si bien este artículo se integraba como parte del artículo 9 que es la base de lo que es la nueva meta de financiamiento climático, en dicha meta no se integra un elemento de provisión, es decir, no se establece con claridad cual es la asignación de financiamiento proveniente de los presupuestos públicos de países desarrollados. Por ello los países en desarrollo, especialmente los países de ideas afines (like minded countries, LMDCs) han exigido que este sea un nuevo elemento de negociación, que fue bien recibido por los grupos de países en desarrollo, pero no por los países desarrollados que señalan que este elemento ya está integrado en el NCQG. Algunos posibles escenarios son:
a) Crear un nuevo elemento de negociación sobre artículo 9.1 para asegurar que haya claridad en la provisión. Esto ya generó diversos puntos de vista y los países desarrollados no están de acuerdo.
b) Identificar un espacio en donde se integre mayor claridad sobre lo que los países desarrollados brindan como provisión; puede ser a través de las disposiciones asociadas a transparencia y a la provisión de información de parte de los países desarrollados (9.5). Pero no integran aspectos de calidad del financiamiento.
c) No se crea ningún espacio para discutir el tema y se desecha.
Existen otros posibles escenarios, como seguir impulsando el punto de agenda, pero seguir insistiendo en esta provisión en otros espacios.
3. El Artículo 2.1.c y hacer todos los flujos de financiamiento compatible con el desarrollo bajo en carbono: Siendo uno de los elementos la más importantes e integrado en el corazón del Acuerdo de París, que promueve hacer todos los flujos de financiamiento con el desarrollo bajo en carbono y resiliente al clima. Al respecto se creó un proceso para dialogar sobre lo que significa hacer estos flujos “consistentes”, “comparables”, “alineados”, con el acuerdo, diálogo que duró tres años y que llegan a su fin en esta COP. El debate de los países es si el diálogo debe seguir y bajo que formato y duración, si es que así los países deciden hacerlo. Diversos son los escenarios:
a) Acordar la continuación del diálogo por otros tres años, bajo el formato actual.
b) Acordar la continuación de los diálogos, pero con una estructura más clara y con un objetivo tangible a alcanzar, es decir, la formulación de un marco de seguimiento, bajo el desarrollo de un programa de trabajo.
c) No acordar un proceso de seguimiento.
Este proceso ha sido impulsado por países desarrollados, y aunque países en desarrollo han participado activamente, siempre han dejado claro, que para que los países en desarrollo, alinear sus finanzas es posible, si y solo si, tienen apoyo financiero para hacerlo, es decir, asociado al Artículo 9 que se refiere al apoyo de financiamiento para países en desarrollo.
Ante una falta de claridad sobre la provisión en el NCQG, sería claro que los países en desarrollo no quisieran impulsar las discusiones de 2.1.c que también tendrían implicaciones para ellos.
4. Financiamiento para adaptación: asegurar financiamiento para la adaptación se presenta como uno de los temas más relevantes para esta COP. Por un lado, porque está en discusión la creación de indicadores para el seguimiento de la meta global de adaptación, en la cual el tema de financiamiento es clave. Adicionalmente, este año se cumple el periodo de cumplimiento de la meta de duplicar el financiamiento para la adaptación, acordada en Glasgow. Ante ello, los países menos desarrollados, hablan de la posibilidad de triplicar (en lugar de duplicar), el financiamiento para adaptación, y que ese sea el mínimo para obtener en esta COP. Hay un debate sobre si se debe hablar de una nueva meta, o si es parte de la meta de financiamiento (NCQG), lo cierto, es que la demanda es encontrar espacios para acelerar este incremento. Algunos posibles escenarios son:
a) Promover que los países desarrollados renueven el compromiso de Glasgow, pero triplicando, en lugar de solo duplicando la meta.
b) Acordar un proceso para una nueva meta como parte de la conversación de la Meta Global de Adaptación.
c) Promover un sistema de reporte por parte del Comité Permanente de Financiamiento, para que lo que se presente como reporte de la nueva meta de financiamiento integre un análisis del financiamiento para adaptación.
d) Una mezcla de los anteriores, dado que hoy no existe un ítem de negociación asociado a esto como tal.
Si bien no existe un ítem de agenda específico sobre financiamiento para adaptación, se habla de un llamado urgente para que la COP30 alcancé no solo una narrativa sino compromisos claros al respecto. Lo anterior, porque la Ruta para movilizar 1.3 buscaba integrar este tema, y aunque está en la narrativa, las propuestas son muy débiles.
¿Puede la COP ser exitosa sin un paquete de financiamiento?
Uno de los temas que se impulsó desde la presidencia de Brasil, fue el denominado Fondo de Bosques por Siempre (TFFF por su nombre en inglés). Esta fue una de las propuestas que la presidencia abanderó durante dos años, para promover la movilización de financiamiento para asegurar que los bosques y selvas se mantengan intactas. Si bien se buscaban grandes compromisos previos a COP, unos días antes, en la Cumbre de Líderes se anunciaron compromisos por 5,500 millones de dólares, menor a lo esperado.

Si bien esta fue una buena señar para arrancar el proceso de COP, lo cierto, es que este es un compromiso gestado fuera del proceso de la convención y aunque el recurso podría contarse como parte de la nueva meta de financiamiento, se necesita más claridad, sobre como los países van a movilizar al menos 1.3 o más billones de dólares.
Por eso se requiere que la COP concluya con una meta de financiamiento que de certeza al proceso y que de claras indicaciones de que el sistema funciona y sobre todo que funciona para la mayoría, que son los países en desarrollo, en particular para quienes viven los estragos del cambio climático.
Es claro que Brasil también vive un contexto nacional político complicado, tras una racha de mucho apogeo político, está cercano a un cambio electoral, que podría poner en riesgo su liderazgo climático. Es decir, la presión para el país va más allá del proceso internacional. Sin embargo, su liderazgo internacional, también será clave para el mundo, más allá de las realidades que pueda estar experimentando el país a nivel nacional, y es importante tener esa claridad a la hora de conducir las conversaciones. El mundo tiene fe en Brasil, lo que se busca ahora es que Brasil de fuerza al proceso y conduzca las conversaciones de manera efectiva, transparente e incluyente. De eso dependerá el éxito de esta COP.
Les invitamos a complementar la lectura con nuestra nota https://www.gflac.org/single-post/lo-bueno-lo-malo-y-lo-feo-de-la-ruta-de-bak%C3%BA-a-bel%C3%A9m-para-movilizar-1-3-billones-de-d%C3%B3lares-para-a


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