Financiamiento para la biodiversidad camino a la COP16:brechas y necesidades de financiamiento
Por: Emilio Spataro / Asociado de Diplomacia para la Biodiversidad en GFLAC
La 16° Conferencia de las Partes (COP16, por sus siglas en inglés) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD), que se celebrará del 21 de octubre al 1° de noviembre de 2024 en Cali, Colombia, es una reunión crucial en la que los Estados Partes discutirán y adoptarán medidas para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad global. En esta conferencia se evaluará el progreso desde la COP15 (2022), donde se adoptaron los objetivos y metas del Marco Mundial Kunming-Montreal de la Diversidad Biológica (MMKM) para el decenio 2020-2030. El lema adoptado por el gobierno de Colombia como anfitrión para esta COP16 ha sido “Paz con la Naturaleza”.
En este sentido, la Red Latinoamericana y Caribeña por un Sistema Financiero Sostenible (REDFIS) ha venido trabajando con el objetivo de poner en común aspectos centrales en la discusión sobre el financiamiento para la biodiversidad, contribuyendo de esta manera a los debates y decisiones que se tomarán en la COP16. El seminario web "Financiamiento para la biodiversidad camino a la COP16: brechas y necesidades de financiamiento" abordó los desafíos más urgentes en torno a la necesidad de financiamiento adecuado y suficiente para detener la pérdida de especies y conservar los ecosistemas de la región.
Es de destacar que América Latina y el Caribe albergan el 23% de la superficie forestal del planeta, siendo una de las regiones con mayor diversidad de especies del mundo (CEPAL, 2021). Lamentablemente, la biodiversidad enfrenta amenazas significativas debido a la deforestación, la minería, la agricultura intensiva, la ganadería y el cambio climático, entre otros factores que contribuyen a la degradación ambiental. Estas amenazas no solo ponen en peligro la flora y fauna de la región, sino que también afectan directamente a las comunidades locales cuya supervivencia depende de estos ecosistemas. Por lo tanto, es imperioso para las organizaciones de la sociedad civil establecer el estado de situación con respecto a la movilización de recursos en el financiamiento de la biodiversidad en pos de la implementación del nuevo MMKM de forma urgente en toda la región.
Investigaciones como las realizadas por el Grupo de Financiamiento Climático para Latinoamérica y el Caribe (GFLAC), como ser el Índice de Finanzas Sostenibles (IFS), vienen arrojando luz sobre la movilización de recursos en la región. Al respecto, Sandra Guzman, fundadora y directora general del GFLAC, disertó sobre las tendencias de financiamiento para la biodiversidad según los datos del IFS 2023:
“El flujo de financiamiento para biodiversidad (...), lo que se asigna específicamente a la protección y conservación de la biodiversidad, es lamentablemente muy limitado, y lo es aún más frente al financiamiento que sigue generando impactos en la naturaleza. Por ejemplo, comparado lo que reciben en ingresos sostenibles los países de América Latina y el Caribe, acumuladamente significa 147 veces más recursos por actividades intensivas en carbono que para aquellas actividades que implican la protección de la biodiversidad. En el caso de los presupuestos nacionales, lo que observamos es que los países gastan también significativamente más en actividades intensivas en carbono, por ejemplo hasta 323 veces más que en aquellas actividades etiquetadas para conservación de la biodiversidad”.
De esta manera, queda en evidencia lo exiguo que es aún hoy el financiamiento para la biodiversidad y por qué la brecha de financiamiento para la biodiversidad se sitúa en torno a los 598 y 824 mil millones de dólares al año (Deutz, 2020).
Acceso directo al financiamiento para las guardianes de la biodiversidad
No se trata solo de movilizar la cantidad de dinero requerido para cerrar la brecha de financiamiento para la biodiversidad, siendo que también es imprescindible que el dinero llegue de forma eficiente y transparente a las y los artífices de la conservación, que hoy están garantizando la continuidad de la biodiversidad en los territorios. Según Garnett & et al. (2018), los Pueblos Indígenas y comunidades locales conservan en su territorio el 17.4% de la superficie terrestre del planeta. Mientras que Veitt et al. (2023) afirman que en estos territorios se mantienen importantes sumideros netos de carbono, como las selvas administradas por Pueblos Indígenas en el Amazonas, las cuales eliminan colectivamente 340 millones de toneladas netas de dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera cada año. Sin embargo, en una investigación de la Rainforest Foundation (2022), se cuantificó que en la última década solo han recibido el 1% del financiamiento climático.
Al respecto, Fany Kuiru Castro del Pueblo Uitoto y coordinadora general de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), subrayó la importancia de la visión y el conocimiento indígena en la gestión de la biodiversidad. Los Pueblos Indígenas tienen un papel fundamental en la conservación de los ecosistemas y en el mantenimiento de la diversidad biológica, y su involucramiento en los planes de financiamiento es esencial para lograr resultados efectivos y sostenibles. En cuanto a los desafíos que enfrentan los Pueblos Indígenas Fany Kuiru Castro recalcó que:
“Lo primero que tenemos que mirar, el principal desafío, es el reconocimiento a los Pueblos Indígenas como parte de los territorios y la biodiversidad y el rol que cumplimos, protegiendo, conservando, viviendo como parte de esa biodiversidad, en una relación simbiótica. Esa relación en que nuestros sistemas de conocimientos tradicionales son fundamentales para entender y cuidar y usar de manera respetuosa algunas especies de la biodiversidad que tenemos en nuestros territorios”.
Sin embargo, las organizaciones de los Pueblos Indígenas de la Amazonía, como es el caso de COICA, no solo trabajan por la reivindicación de sus derechos, sino que también tienen una profunda construcción conceptual acerca de cómo la realidad Indígena diáloga con procesos de gobernanza global como son las convenciones ambientales surgidas de Río de Janeiro en 1992, donde los líderes indígenas vienen ganando espacio y protagonismo. Al respecto, la líder amazónica reflexionó:
“Otro de los desafíos es articular estos conocimientos indígenas con los conocimientos no indígenas. Es tan necesario para buscar satisfacer las necesidades con un enfoque diferencial étnico y generar confianza entre los implementadores, los financiadores y los Pueblos Indígenas y los donantes, y disminuir de verdad la intermediación y el colonialismo en la cooperación. (...) La intermediación muchas veces llega con unos requisitos colonialistas para que los Pueblos Indígenas podamos acceder a los recursos de financiamiento”.
Por último, Fany realizó una síntesis sobre la perspectiva desde los Pueblos Indígenas del Amazonía sobre el financiamiento para la biodiversidad, proyectando sobre el porvenir del mismo:
“Creo que para que llegue el financiamiento directo es necesario el fortalecimiento real y sistemático de los gobiernos propios de los Pueblos Indígenas en los territorios, el desafío también es cómo generar una ruta de diálogo para la supervivencia cultural en economías capitalistas de economías no monetizadas, eso es lo que estábamos mirando nosotros desde ese fondo que tenemos que es el mecanismo financiamiento directo. (...) Pero teniendo en cuenta los conocimientos, los conceptos propios de los Pueblos Indígenas, los planes de vida de los Pueblos Indígenas. Entonces hacia allá se debe encauzar el financiamiento directo a los Pueblos Indígenas: planes de vida, que son la herramienta de gestión y herramienta de planificación de los gobiernos propios de los indígenas”.
Arquitectura financiera global y financiamiento para la biodiversidad
El nuevo MMKM otorga un reconocimiento significativo a los Pueblos Indígenas y las Comunidades Locales (PICL) debido a su papel crucial en la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad. En el MMKM, se menciona explícitamente en varios objetivos y metas la importancia de involucrar a los PICL. En cuanto al financiamiento, la meta 19 insta a asegurar la movilización de recursos financieros adecuados para apoyar la implementación de acciones de conservación y uso sostenible, con una mención particular en las necesidades de los PICL. Asimismo, la meta 21 destaca la necesidad de respetar y fomentar el consentimiento libre, previo e informado de estos Pueblos en cualquier proyecto que pudiera afectarlos. En concordancia con los objetivos del MMKM, la Séptima Asamblea del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM o GEF, por sus siglas en inglés), que se realizó del 22 al 26 de agosto de 2023 en Vancouver, Canadá, aprobó el objetivo aspiracional de que el 20% de los fondos sean destinados a los PICL.
Pero entonces ¿cuáles son los aspectos de la arquitectura financiera global actual que impiden que la financiación de las políticas en biodiversidad sean las necesarias y se acceda a ellas de forma asertiva y justa? Sergio Chaparro Hernández, coordinador internacional en Dejusticia señaló que:
“Lo que estamos viendo es que la arquitectura financiera global es un obstáculo para financiar políticas de protección de la biodiversidad y eso requiere una agenda de financiamiento que aborde varios temas”.
El coordinador de Dejusticia citó la investigación “Exporting Extinction: How the International Financial System Constrains Biodiverse Futures” (Dempsey, et. Al, 2024) que, en sus palabras, explica: “(...) el sistema financiero e internacional limita las políticas de biodiversidad, dado que hay unos sectores económicos que reciben enormes subsidios para actividades perjudiciales para la biodiversidad. (...) los sectores que más impactan negativamente la biodiversidad son a su vez los sectores priorizados en términos del financiamiento privado que llega para impulsarlos y también en beneficios incluso fiscales de nuestros gobiernos para promoverlos”.
Los subsidios perjudiciales y negativos para la biodiversidad han sido señalados como uno de los grandes impulsores de la pérdida de biodiversidad. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (2023) calculó que los aportes económicos directos (tanto públicos como privados) a actividades que destruyen la biodiversidad, se ubica en torno a los 7 mil millones de dólares anuales. En línea con esto, Chaparro Hernández vinculó las actividades extractivas y su financiamiento con las distorsiones que genera el sistema financiero internacional a la hora de movilizar el financiamiento para la biodiversidad, ejemplificando con
“(...) el caso de la gran minería de cielo abierto, la agroindustria, las extracción de combustibles fósiles entre otros, pues está el hecho que estos gobiernos conceden subsidios, implementan regulaciones ambientales, dan unas políticas preferenciales en términos de exenciones tributarias, permiten abusos de derechos humanos para estos sectores y en parte eso explica también las presiones a las que están sometidas los gobiernos producto de fallas en esa arquitectura financiera global”.
Las posiciones de Colombia en torno al financiamiento para la biodiversidad de cara a la COP16
Colombia llega a la instancia de anfitriona de la COP16 luego de un intenso camino en la construcción de una política internacional con eje en la biodiversidad y justicia climática, desde la asunción del presidente Gustavo Petro. Entre los hitos de dicha política se destaca la reunión en la ciudad de Leticia (julio, 2023) para preparar la Cumbre Amazónica en el marco de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA). Allí, el presidente colombiano y el brasileño, Lula da Silva, se reunieron y hablaron sobre la financiación de la conservación de la Amazonía, en tanto tema central. El Presidente Petro afirmó que "Salvar la vida en el planeta y superar la crisis climática requiere una inversión de 3.3 mil millones de dólares al año". Luego, en la Cumbre de Bancos de Desarrollo que tuvo lugar en la ciudad colombiana de Cartagena (septiembre, 2023), Petro informó que "Colombia, Francia, Kenia y Ghana están colaborando en una propuesta que busca canjear deuda externa por acciones relacionadas con el cambio climático". Efectivamente meses más tarde en la COP28 de cambio climático en Dubái, Emiratos Árabes Unidos (diciembre, 2023), dichas naciones oficializaron el lanzamiento de un grupo de estudio sobre la opción de canje de deuda para la inversión climática.
Profundizando sobre los aspectos centrales de la visión de Colombia como país anfitrión, Laura Camila Bermudez Wilches, coordinadora del Plan de Acción de Biodiversidad de la COP16 del Ministerio de Ambiente de Colombia aportó que:
“Nuestra ministra Susana Mohamed ha invitado a que se haga una reflexión desde el más alto nivel en convenciones internacionales y foros globales del sistema económico, del orden económico mundial y de hecho por eso se ha encomendado a un panel este análisis, acerca de cuáles pueden ser esas vías de la reforma del sistema financiero internacional para abordar estas complejidades nacientes del financiamiento para cumplir las metas de biodiversidad. Pero también muy alineado con las metas de cambio climático, sobre todo en momento en que los segmentos se cruzan y que se trasladan. Entonces eso es una discusión y que para nosotros en Colombia es muy relevante y la estamos teniendo como decía a nivel internacional. Se está impulsando desde el más alto nivel: el presidente, la ministra en el marco de este panel de expertos, y esperamos tener algunas de sus recomendaciones para la COP16 y el informe completo para marzo del próximo año, y donde seguramente se indicarán esos cambios estructurales que requerimos. Por otro lado, ya a nivel nacional la discusión que tenemos sobre estos mecanismos innovadores que nos permiten en efecto movilizar los recursos existentes hacia acciones mucho más eficaces y efectivas para detener la pérdida de la biodiversidad pero también generar recursos o redireccionar recursos de otras fuentes”.
Discusiones y reflexiones en el camino a la COP16 de biodiversidad
En el cierre del seminario, la funcionaria colombiana planteó un tema que ha atravesado varias COPs y sin resolución aún: la discusión sobre el aprovechamiento económico de la Información de Secuencias Digitales (DSI). Uno de los principales aspectos de la misma es cómo aplicar el concepto de Acceso y Beneficio Compartido (ABS) a la DSI. El Protocolo de Nagoya (acuerdo suplementario al CDB), establece mecanismos para compartir beneficios derivados del uso de recursos genéticos, pero la DSI plantea desafíos únicos, ya que puede ser fácilmente compartida y utilizada a nivel global a través de plataformas digitales. Al respecto, Bermudez Wilches remarcó que:
“Otras de las discusiones grandes que vamos a tener en la COP16, y que venimos teniendo la desde la anterior, y que además hace parte también de esos mecanismos innovadores que nos deben garantizar que los dueños de los recursos de la biodiversidad puedan aprovechar todos sus derivados en términos de recursos genéticos y de su secuenciación digital. Entonces todos esos mecanismos tendrán que articularse, no es la solución no es uno solo seguramente es la conjunción de varios mecanismos y herramientas pero también pues con un lineamiento global que permita darle una vuelta al sistema financiero como lo decían mis colegas que ese modelo de producción basado en recursos naturales no renovables pase a ser un modelo de producción basado en la revalorización de la biodiversidad”.
Finalizando, Sandra Guzman (GFLAC) reflexionó sobre la importancia de la discusión interconectada entre la reforma del sistema financiero y las necesidades de financiamiento, porque:
“Esto tiene un impacto para la transformación de valorizar la vida en sus diferentes dimensiones y no verlo solamente desde una perspectiva monetaria, sino desde derechos, desde la justicia. Hay una clara necesidad de generar interconexiones entre la reforma del sistema financiero, comercio, fiscalidad, cambio climático y biodiversidad, asegurando que no trabajemos en silos para evitar que acuerdos en un área tengan impactos negativos en otra. Este financiamiento debe favorecer la vida y cuidar a las poblaciones, logrando acceso y distribución hasta las comunidades locales, Pueblos Indígenas, mujeres, jóvenes, niñas y niños, quienes protegen bosques y ecosistemas. Esto es parte de muchas conversaciones en las que Colombia ha mostrado liderazgo, avanzando en la reducción de la dependencia de combustibles fósiles y actividades extractivas”.
Commenti