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Desafíos ambientales en las elecciones del Estado de México

Por: Janeth Ugalde, Marisol Marín, Sandra Guzmán

Equipo Coordinador GFLAC

El Estado de México es la entidad con un mayor número de habitantes y un importante peso en la economía del país. Recibe el mayor presupuesto por parte del gobierno federal cada año[1] y cuenta con una sólida economía representando el 9.2% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, ocupando el segundo lugar entre los 32 estados del país.[2]


No obstante, lo anterior, se trata de un estado con alta vulnerabilidad ante el cambio climático debido a que, dentro de su territorio existe una variada población de pueblos indígenas[3]. Así como, una valiosa riqueza biológica por la presencia de ríos, lagos, presas y bosques de diferentes tipos. De hecho, de acuerdo con datos del Gobierno del Estado de México casi la mitad del territorio está abarcado por varios tipos de vegetación.[4]


Por estos y otros motivos, es necesario que cualquier persona con aspiraciones a la gubernatura del Estado, integre una agencia ambiciosa y que considere acciones ante la emergencia climática que ya afecta su territorio y población. Aspectos como la crisis hídrica, una mejor planeación urbana, la mejora de la calidad del aire, debido a que, de acuerdo con el ranking de IQAirs, el municipio de Metepec en 2022 fue la ciudad con mayor contaminación en el país.


Ante el panorama anteriormente expuesto, las dos candidatas a la gubernatura han dado a conocer sus propuestas en materia ambiental por medio de su página web y lo expuesto en el 2do debate de fecha 18 de mayo de 2023[5], que pondrían en marcha de ser elegidas:


Delfina Gómez Álvarez, ha incluido en su plataforma planes para mejorar las redes de distribución de agua, combatir el robo de agua y aprovechar el agua de lluvia como una fuente adicional. También, ha enfatizado la importancia de preservar y restaurar ríos, humedales y cuerpos de agua. En el ámbito del transporte, Gómez propone expandir las opciones de transporte mediante el aumento del número de unidades y rutas, así como la extensión de las líneas de transporte existentes. Además, ha abogado por una gestión adecuada de los desechos a través de la creación de nuevos rellenos sanitarios y se opone a la privatización del agua, los bosques y otros recursos. Asimismo, Gómez se ha comprometido a defender los derechos de las comunidades indígenas, garantizando su participación en la vida pública y promoviendo la justicia para todos.



Por su lado, Alejandra del Moral Vela, ha propuesto medidas clave en áreas como el agua, el medio ambiente, la infraestructura urbana, la movilidad y el campo. Entre sus propuestas destacan el rescate del Río Lerma, la protección de los bosques mexiquenses, la mejora de la infraestructura hídrica, la promoción de transporte público más económico y sostenible, la ampliación de la red de ciclopistas, la inversión en el campo con apoyo para fertilizantes y semillas mejoradas, y la implementación del Seguro Agropecuario ante Cambios Climáticos. También se promoverá la investigación en cultivos como el aguacate, café y mezcal, y se buscará la construcción de cuerpos de almacenamiento de agua en zonas rurales.


Ante este panorama, recientemente organizaciones de la sociedad civil se unieron para construir el Plan de Descarbonización y Resiliencia Climática en México visión 2024-2030, con el objetivo de que el país reduzca significativamente su dependencia a combustibles fósiles y actividades extractivas y transite hacia una economía regenerativa y de bajas emisiones. Este Plan está basado en un enfoque de derechos humanos e igualdad y prioriza la visión y participación de comunidades locales, pueblos indígenas, afrodescendientes, mujeres, juventudes e infancias, en el diseño e implementación de normas, políticas, estrategias y acciones a nivel nacional y local.


Al analizar las propuestas de las candidatas en el marco de dicho Plan, se identifica que ninguna de las candidatas cumple con la integración de la perspectiva de cambio climático de manera comprehensiva ya que, no se toma en consideración la necesaria transición hacia un modelo de economía circular regenerativa, que promueva suelos vivos, una transición energética justa y mecanismos de finanzas sostenibles, bajo un enfoque de justicia, protección y salvaguarda a los derechos humanos.


Si bien las candidatas contemplan ciertos elementos del mencionado Plan como ciudades sostenibles, agua y defensa del territorio, sus propuestas no abordan el origen de algunos problemas, como es el caso de la falta de actualización de la legislación de aguas que no se alinean en su totalidad con las exigencias del Plan; y no se menciona la urgente necesidad de actualización o creación de legislación en materia ambiental, así como de instrumentos dotados de presupuesto que permitan la correcta aplicación de la misma.


A pesar de que las candidatas tienen presente la crisis hídrica del estado, sus propuestas no permiten dar una atención integral a la emergencia climática.


En este sentido, es necesario enfatizar la urgencia de abordar la acción climática y ponerla en el centro de la agenda política. La ciudadanía debe analizar y considerar detenidamente las propuestas de las candidatas, y una vez electa, exigir el cumplimiento y la atención adecuada de medidas como las integradas en el Plan de Descarbonización y Resiliencia Climática, mientras que la ganadora tendrá que integrar las medidas del Plan si desea hacer cambios sustantivos en su mandato.


Es importante recordar que quien gane las elecciones del Estado de México, como quien gane más adelante las elecciones presidenciales, tendrán en su poder la ventana más importante de oportunidad ante la crisis climática, debido a que el año 2030 es la fecha límite para aumentar la ambición, y evitar daños irreversibles provocados por el cambio climático en el ambiente y en la sociedad.


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