De Sevilla a Belém: Oportunidades para un financiamiento transformador en la COP30
- GFLAC

- 21 ago
- 7 Min. de lectura

Autoras:
Dra. Sandra Guzmán, Directora General, GFLAC
Isabel González, Asociada en Finanzas Climáticas para Colombia, GFLAC
Marisol Marín, Asociada Senior en Comunicación Estratégica Internacional, GFLAC
La 4a Conferencia sobre Financiamiento para el Desarrollo (FfD4) concluyó con un documento político, titulado "Compromiso de Sevilla", y una Plataforma de Acción, con más de 130 iniciativas para implementar diversas partes de dicho compromiso. Sin embargo, la falta ambición por parte de los países del Norte Global y la ausencia de lideres clave del Sur Global, como Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, quién hospedará la Conferencia de las Partes de Cambio Climático en 2025, revelan un difícil escenario para garantizar avances claros hacia un financiamiento realmente transformador, que favorezca y atienda las necesidades del Sur Global.
No obstante, la COP30 en Belém, Brasil, representa una oportunidad crítica para replantear la arquitectura financiera desde un enfoque de justicia, creando una Ruta de Bakú a Belém que permita proveer y movilizar financiamiento de calidad, con mejor acceso, mejor gestión de la deuda y que atienda las verdaderas necesidades, poniendo la adaptación al centro.
La Cuarta Conferencia Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo (FfD4), celebrada en Sevilla del 30 de junio al 3 de julio de 2025, reunió a gobiernos, organismos multilaterales, organizaciones de la sociedad civil, sector privado y otros actores, en un momento de múltiples crisis: endeudamiento creciente en el Sur Global, retrocesos en la ayuda oficial al desarrollo, y una arquitectura financiera incapaz de atender estas y otras crisis como el deterioro de la biodiversidad, y el cambio climático.
Días antes de la Conferencia se adoptó por unanimidad el “Compromiso de Sevilla”, haciendo de la Conferencia en Sevilla, un espacio de carácter político, y no así de negociación sobre el alcance del texto. Si bien FfD4 no es una Conferencia de carácter vinculante, el objetivo es crear los compromisos políticos para llevar a los países hacia las transformaciones necesarias que tendrán que tomar lugar en diversos procesos dentro y fuera de las Naciones Unidas.
La conferencia habló de reformas profundas relacionadas con diversos aspectos del sector financiero, como son la reforma de las instituciones financieras internacionales, la cooperación en materia fiscal, el tratamiento de deuda, entre otros aspectos.
Agendas críticas para la transformación del sistema financiero
FfD4 marca un hito en materia de financiamiento, y de alguna manera logra integrar diversas conversaciones en un solo espacio, sin embargo, el trabajo más importante de implementación tomará lugar en diversos frentes.
Por un lado, en las discusiones se habló de la importancia de la cooperación internacional en materia fiscal, y el rol que puede jugar una Convención de Naciones Unidas en la materia. También se dio la bienvenida a iniciativas como los impuestos o cargas solidarias, como tazar a los más ricos y a las actividades más contaminantes para generar más ingresos que se puedan redirigir hacia el desarrollo sostenible. La propuesta de gravar vuelos premium y jets privados para financiar transiciones justas, presentada por una coalición de ocho países, mostró interés de diversos actores, pero aún hay falta de voluntad política para convertirlas en compromisos reales y vinculantes.
Por su parte, la crisis de deuda también fue visibilizada, sin embargo, la falta de impulso a una Convención sobre la Deuda bajo el marco de Naciones Unidas reveló la persistente resistencia de los países acreedores a democratizar la gobernanza financiera global. Dentro de las más de 130 iniciativas impulsadas por La Plataforma de Sevilla, se incluye la creación de un hub global de canjes de deuda y una alianza para cláusulas de suspensión. Pero en la práctica, muchas de estas propuestas siguen siendo marginales, voluntarias, y no resuelven el problema de la deuda como una crisis sistémica.
De igual forma, se habló del rol de los Bancos Multilaterales de Desarrollo, como entidades que deberán ayudar a movilizar los recursos necesarios para cerrar las brechas de financiamiento. Si bien se habló de que estas instituciones deberán pasar por una reforma, la pregunta de fondo es si serán capaces de cumplir con las expectativas que se tienen, considerando que como entidades financieras requieren de generación de ingresos, lo que en muchas agendas de desarrollo no es posible.
En materia de financiación climática, durante la Conferencia se subrayó la necesidad de alcanzar y superar los 300.000 millones de dólares anuales establecidos como meta en la decisión sobre el nuevo objetivo colectivo cuantificado (NCQG); además de dar la bienvenida a la Ruta de Bakú a Belém, para movilizar 1.3 billones de dólares, adoptada en la COP29. Y aunque el “Compromiso de Sevilla” hizo referencia al Acuerdo de París, de la CMNUCC, y reconoció la importancia de seguir ampliando los fondos climáticos, el texto final fue criticado por su falta de ambición al no incorporar clima como un eje central y transversal a lo largo del texto. Además, se señalaron omisiones importantes, como la ausencia de medidas para reducir los subsidios a los combustibles fósiles, un factor clave que incide directamente en la crisis climática.
Paralelamente, durante la Conferencia, se presentó a puerta cerrada el primer borrador del “Círculo de Ministros de Finanzas de la COP30”, que en teoría alimentará la Ruta de Bakú a Belém, como muestra de las sinergias ente estas agendas. Sin embargo, la falta de transparencia en torno a este proceso suscita dudas sobre el nivel de coherencia entre las medidas debatidas en Sevilla y las decisiones climáticas globales que se adoptarán en el futuro, así como sobre la forma en que el documento del Círculo de Ministros, quedará dentro de la Hoja de Ruta Bakú-Belém.
En cuanto a la financiación para la biodiversidad, el “Compromiso de Sevilla” incluyó referencias al Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal. Igualmente, durante varios espacios del evento se subrayó la importancia de desarrollar estrategias que fortalezcan el presupuesto nacional y promuevan la movilización de recursos internos para apoyar acciones integradas en las agendas de clima y biodiversidad. No obstante, aún se evidencia una falta de equilibrio y entendimiento de las convergencias entre las agendas de clima y biodiversidad, lo que representa una oportunidad perdida para poner el financiamiento de la adaptación y conservación de la biodiversidad sobre la mesa de discusión de la financiación para el desarrollo y así avanzar hacia una arquitectura financiera verdaderamente transformadora, centrada en las personas, la justicia climática y la protección de los ecosistemas.
Por otra parte, temas como la evasión fiscal y los flujos financieros ilícitos fueron mencionados como un desafío central, pero sin profundas conversaciones para atenderlo. Una de las iniciativas de Sevilla propone un Rasterador de Políticas Anti-Flujos Financieros ilícitos, pero sin medidas claras para alcanzarlo. Sin transparencia fiscal obligatoria, intercambio automático de información o sanciones para las corporaciones evasoras, este punto sigue siendo el “elefante en la sala” que nadie se anima a enfrentar frontalmente.
Finalmente, uno de los vacíos más notorios durante la conferencia fue la escasa discusión sobre la inclusión de los verdaderos protagonistas del desarrollo. Las comunidades que sostienen la vida en los territorios (pueblos afrodescendientes, indígenas, mujeres, juventudes y comunidades locales) que continúan sin contar con mecanismos claros, ágiles y vinculantes para acceder directamente al financiamiento. En lugar de avanzar hacia modelos más justos y participativos, los recursos siguen canalizándose a través de grandes intermediarios, reproduciendo estructuras burocráticas que obstaculizan el avance hacia una verdadera justicia financiera y climática.
Recomendaciones
Pese a las ausencias, el “Compromiso de Sevilla” deja abiertas puertas importantes para avanzar en procesos clave, el éxito de estos procesos requerirá acciones coordinadas del Sur Global, que permitan consolidar posiciones comunes, fortalecer sus voces en los espacios multilaterales y presionar por mecanismos financieros justos, previsibles y basados en los derechos humanos.
De cara a la COP30 en Belém, prevista como la ‘COP de la implementación’, se identifican aspectos clave para avanzar en los temas pendientes que deja Sevilla. Entre ellos, resulta fundamental mejorar no solo la cantidad, sino también la calidad del financiamiento dentro de mecanismos como la Hoja de Ruta Bakú–Belém. En este marco, existen elementos que requieren un mayor fortalecimiento más allá de lo acordado en Sevilla, garantizando su plena integración en la Hoja de Ruta Bakú–Belém, en particular:
Promover un marco internacional justo y eficaz para la gestión de la deuda.
Impulsar la entrada en vigor de la Convención Fiscal en el marco de las Naciones Unidas.
Adoptar medidas eficaces y coordinadas para erradicar los flujos financieros ilícitos.
Emprender una reforma estructural de las instituciones financieras, en particular de los bancos multilaterales de desarrollo, para que sean verdaderamente transformadores.
Redirigir los flujos de financiamiento intensivos en carbono hacia flujos de financiamiento sostenible.
Incrementar, no solo en cantidad sino también en calidad, el financiamiento para el desarrollo, de la mano con el financiamiento climático y para la biodiversidad.
Conclusiones
La FfD4 abrió una etapa relevante para repensar la arquitectura financiera internacional, sin embargo, no hay claridad sobre cuáles son los siguientes pasos. Esto plantea la necesidad de clarificar cómo se dará seguimiento a los compromisos asumidos.
En este sentido, un reto hacia adelante no es solo como lo establecido en Sevilla tendrá un seguimiento en procesos dentro y fuera de las Naciones Unidas, sino también como y cuáles serán los indicadores para asegurar que su cumplimiento sea monitoreable. En este sentido, lo derivado de Sevilla será una lección importante para impulsar en espacios por venir, en especial en el marco de la COP30.
Lo anterior, porque el tema de financiamiento climático no fue un tema central en Sevilla, y los acuerdos no incrementan la ambición, pero si se plantean reformas que ayudarán a seguir impulsando una mayor y mejor provisión de financiamiento climático, como es el tratamiento de la deuda, una mejor cooperación fiscal, la reforma urgente de las instituciones financieras internacionales y otros procesos.
El proceso de seguimiento a la FfD4 y la preparación hacia la COP30 exigirán una articulación efectiva entre actores, coherencia entre compromisos multilaterales y espacios reales de participación para los países del Sur Global. La urgencia política y la necesidad de alineación interinstitucional serán determinantes y el éxito dependerá de la capacidad colectiva para implementar con coherencia y rapidez las iniciativas adoptadas en Sevilla, con la mirada puesta en la COP30 como un momento decisivo para continuar avanzando hacia la transformación del sistema financiero, pero con una visión de largo plazo para llevar estos acuerdos a otros espacios más allá de 2025.


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