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COP30: Paquete inconcluso para el clima

Actualizado: hace 14 minutos

Del 10 al 22 de noviembre de 2025, se llevó a cabo la 30a Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) en la Ciudad de Belém, Brasil.  

 

Esta COP tenía como reto deliberar un paquete de decisiones en temas como adaptación, perdidas y daños, mitigación, financiamiento y transparencia. Este paquete debía partir de procesos ya existentes en la agenda de trabajo, sin embargo, al arranque de la COP, una serie de nuevos elementos de agenda fueron propuestos por las partes, creando un proceso paralelo de discusión, que cambió el ritmo de la negociación. 

 

A este nuevo paquete de decisiones se le denominó el paquete Mutirao, nombre indígena al espíritu de colaboración que Brasil dijo traer en este proceso.  


En este paquete se integraban algunos de los temas más complejos pues muchos de ellos, tenían importantes divergencias entre las partes: medidas unilaterales de comercio, que creció en interés, tras la creación de medidas en la Unión Europea que imponen estándares en materia de reducción de emisiones y deforestación, a las importaciones de productos provenientes de países en desarrollo; la consideración del reporte de Contribuciones Determinadas a nivel Nacional, para mantener la temperatura en menos de 1.5oC; y en materia de financiamiento, la propuesta de triplicar el financiamiento para la adaptación y crear un plan de trabajo para abordar el artículo 9.1 relacionado a las obligaciones de los países desarrollados.  

 

Este paquete fue el que acaparó el mayor tiempo del proceso de negociación, la primera y la segunda semana de la COP. Y pese a que el resto de los temas se discutieron de manera paralela, su resultado estaba condicionado a lo discutido en este paquete Mutirao.  

 

¿Qué nos dejó el paquete Mutirao? 


El paquete concluyó, principalmente con 4 cosas:  

 

  1. Una decisión para tener un diálogo de alto nivel ministerial para reflexionar sobre la implementación de la nueva meta colectiva cuantificable de financiamiento climático (NCQG por sus siglas en inglés), sin integrar un resultado específico que acelere dicha implementación.  

  2. Una decisión de triplicar el financiamiento para la adaptación para 2035, sin clarificar cual es la línea base. Además de que esta meta se hace en el contexto del NCQG, es decir, financiamiento proveniente de fuentes públicas de países desarrollados, pero también movilización de otras fuentes, como las privadas. En esta decisión se esperaba que se triplicara a 2030 y que fuera con base solo en recursos públicos. Es decir, esta es una decisión que no responde a la urgencia y mucho menos a la necesidad de cubrir la adaptación con recursos no generadores de deuda. 

  3. Una decisión de establecer diálogos sobre comercio y clima en próximas reuniones, sin un resultado específico, más que generar un espacio para hablar del tema, para lo cual se espera que los diálogos permitan determinar si es un tema que debe o no abordarse en la Convención.  

  4. Un plan de trabajo por dos años para hablar de artículo 9.1, en el marco del artículo 9 sobre financiamiento, sin perjuicio de lo que se discuta en el marco del NCQG. Los países en desarrollo querían que esto se diera por separado del NCQG, aunque algunos argumentaban que era mejor tener claridad de los aspectos relacionados a artículo 9.1. y las obligaciones de los países desarrollados también dentro del NCQG. El punto es que no hubo acuerdo, y la decisión es ambigua.   

 

En conclusión, lo acordado en el paquete de Mutirao, que fueron más de carácter declaratorio, como las cartas de la presidencia, fueron poco ambiciosos. No obstante, esto condicionó otros espacios, dos de ellos fueron, la meta global de adaptación y los temas asociados a transitar lejos de los combustibles fósiles.  

 

¿Qué pasó con la meta global de adaptación? 


Era sabido que uno de los aspectos más importantes a trabajar en la COP era el tema de la meta global de adaptación, para lo cual una serie de indicadores debían ser acordados. Sin embargo, además de que se acordaron un número menor de indicadores de los que se venían discutiendo (pasando de 100 a 59), se establece que su implementación no generará más implicaciones financieras, es decir, los países en desarrollo tendrán que hacerlo con sus propios medios. Ya que, si bien se asume que la meta de triplicar financiamiento para la adaptación sería para alcanzar esta implementación, dicha meta solo se plantea un cumplimiento de cara al 2035, sin claridad de su avance.  


Fotografía: Marisol Marín, GFLAC.
Fotografía: Marisol Marín, GFLAC.

Esto en general, pone de relieve que el tema más importante de la COP, quedó con los resultados más laxos, sin dejar de señalar la falta de claridad del proceso, a la que referiré más adelante.  

 

¿Qué pasó con el objetivo de abandonar los combustibles fósiles?


Durante la COP se pidió que se prestara más atención a cuestiones extremadamente importantes para reducir las emisiones, como la reducción de la deforestación y la transición para abandonar los combustibles fósiles. Inicialmente, los países debatieron la posibilidad de incluir esto en el paquete Mutirao, lo que no sucedió. Por lo tanto, otra idea fue incluirlo como parte del programa de trabajo de mitigación, al menos para incluir un diálogo al respecto. Aunque estas cuestiones fueron promovidas por el presidente Lula y destacadas durante su presencia en la COP a mediados de la segunda semana, e incluso hubo una declaración respaldada por más de 80 países, entre ellos varios latinoamericanos como Colombia, Chile y Panamá, según la Presidencia, muchas otras partes no estuvieron de acuerdo en incluir estas cuestiones. En resumen, los países árabes bloquearon cualquier avance en este ámbito.


Sin embargo, Programa de trabajo de Transición Justa sí se considera la necesidad de progresar en materia de eficiencia energética, y de generación de renovables, con un enfoque integral, tanto ambiental como social, pero tampoco considera del todo, una transición alejada de los combustibles fósiles. Dejando el resultado, nuevamente, limitado en ambición.


Fotografía: Marisol Marín, GFLAC.
Fotografía: Marisol Marín, GFLAC.

 

Sin embargo, Programa de trabajo de Transición Justa sí se considera la necesidad de progresar en materia de eficiencia energética, y de generación de renovables, con un enfoque integral, tanto ambiental como social, pero tampoco considera del todo, una transición alejada de los combustibles fósiles. Dejando el resultado, nuevamente, limitado en ambición. 

 

¿Qué pasó con la Ruta de Bakú a Belén para movilizar 1.3 billones de Dólares? 

Fotografía: Marisol Marín, GFLAC.
Fotografía: Marisol Marín, GFLAC.


Aunque estuvimos por un año deseando contar con una Ruta para movilizar al menos 1.3 billones de dólares, el documento presentado por la presidencia de Brasil pocos días antes de la COP, pasó desapercibido. Se presentó en un evento paralelo, con formato limitado para intervenir y/u opinar sobre el documento. Por lo que en el texto final del Mutirao, se da la bienvenida al esfuerzo de las presidencias de Brasil y de Azerbaiyán, pero se toma nota del documento, sin algún tipo de proceso de seguimiento, más que el ingenuo deseo que los actores aludidos la vean como una orientación de trabajo en años por venir.


Lo cierto es que ningún país se sintió inclinado a apoyarla, tanto por falta de entusiasmo como por falta de transparencia en su diseño. Incluso el presidente de la COP dijo en una rueda de prensa que este tema no formaba parte de las prioridades. Esto significa que la Hoja de Ruta quedó en ser un documento más presentado por las presidencias, cuyo destino es completamente incierto. En conclusión, una oportunidad perdida.


Problemas de procedimiento y transparencia  

Si bien el contenido de muchas decisiones quedó corto de ambición, el otro problema, igual o más grave, fue un asunto de procedimiento. Brasil decidió tomar todas las decisiones y aprobarlas en un paquete integrado, pese a que la naturaleza del paquete Mutirao era diferente del resto. El problema es que muchas de las decisiones no acordadas en sala, no fueron discutidas a nivel ministerial tampoco. Es decir, la propuesta de Brasil fue centrar las discusiones ministeriales en 3 elementos del paquete Mutirao, y con ellos aprobar el paquete completo. Aunque esto nunca fue claro. 


De esta forma se tuvo a los ministros desde el viernes a medio día, y hasta las 8 de la mañana del sábado centrados en principalmente dos temas, la propuesta de triplicar el financiamiento para adaptación, y el reporte de las NDCs, lanzando un “Acelerador Global de Implementación”, del que hoy nadie tiene claridad.  

Por eso, al llegar a plenaria, no se tenía claro el procedimiento pues no hubo discusión sobre el resto de los temas. Y cuando el presidente comenzó a adoptar decisiones NO acordada, países como Uruguay, Panamá, el grupo de integridad ambiental y otros, se opusieron. Particularmente lo relacionado con la meta global de adaptación, centro de la conversación y para la cual no hubo mayores acuerdos. Sin embargo, la presidencia decidió solo “tomar nota” de las objeciones y no paró la aprobación, señalando que las objeciones vinieron después del martillazo de adopción, cuando en realidad las objeciones vinieron antes, pero la presidencia las ignoró.   

 

Un aspecto importante que pocos saben es que, en el cuarto de negociación durante la noche, solo 2 países por grupo fueron invitados a participar. Si bien los grupos de negociación tienen ideas a fines, esto no significa que tienen las mismas posiciones e intereses, de manera que limitar el espacio a dos países por grupo, tampoco es el mejor método para el multilateralismo.  


Esta falla en el procedimiento llevó a la presidencia a ser considerada una de las menos transparentes en su método y, por tanto, una de las más cuestionadas. Pues, aunque se celebró su conclusión, fueron diversos países los que se opusieron al resultado final. Esto no fue como COP29, en donde solo India se opuso a la resolución de la nueva meta de financiamiento climático, en esta COP30 fueron muchos países los que se opusieron al resultado final, y hay que decirlo.

 

La geopolítica de la COP 


El anuncio de la presidencia de Brasil para esta COP30, fue altamente celebrada en el mundo, tanto por países desarrollados como por países en desarrollo. Entre otras cosas, porque venían de una carrera diplomática gestionando procesos como BRICS, G20 y otros. Lo cierto, es que la CMNUCC, no es nada como estos otros procesos. Es un espacio, que requiere una gran comprensión de la diversidad de visiones e intereses, y sobre todo requiere de la capacidad de articular para obtener el mejor balance posible. 

 

En este contexto, Brasil cometió dos errores importantes. El primero fue que, durante gran parte del tiempo, dedicó muchos esfuerzos a agendas que no formaban parte de las negociaciones, como el lanzamiento del Fondo para la Conservación de los Bosques Tropicales (TFFF), que, aunque innovador, no formaba parte del paquete «oficial» que se iba a acordar en la COP, ni tampoco la agenda de acción. Y aunque fue positivo promover estas iniciativas, deberían haber sido complementarias al proceso de negociación.


La segunda es que Brasil olvidó que la COP era una COP latinoamericana y se encargó de forjar lazos y acuerdos con grupos como el BRICS, e incluso con el grupo africano y países afines, incluidos los países árabes y la India, que a cambio siempre apoyaron sus esfuerzos. Sin embargo, se olvidó de su propio grupo de negociación y de los grupos de su región, lo que impidió el establecimiento de una agenda regional.

 

Esto jugó en contra de Brasil al final de la COP, ya que algunos países latinoamericanos, en sus diversos grupos, manifestaron su descontento con la gestión y la falta de transparencia, expresando su oposición al proceso y al contenido de los acuerdos. Esto provocó la salida de Brasil del grupo del Sur. Pero es importante señalar que las quejas no procedían únicamente de los países de América Latina y el Caribe.


Conclusión: ¿el vaso medio lleno o medio vacío? 

Nadie puede negar que Brasil es un país con una gran carrera diplomática, pero este proceso se les salió de las manos cuando trataron de operarlo como el G20, y se olvidaron de los consensos necesarios. Además de que eventos desafortunados como el incendio, el calor en las salas, el limitado abasto de alimentos, y otros, les jugaron en contra.  


Pese a la aprobación de un paquete diverso, es importante entender que hay objeciones importantes al mismo, y sobre todo es importante entenderlo de cara a la siguiente COP que será hospedad en Turquía, pero liderada a nivel de negociaciones por Australia. Si estos países no lograron ponerse de acuerdo por un año, para ver quien hospedaría la COP, ¿cómo esperan lograr darle forma un proceso que se quedó con un vaso medio vacío? Será un tema para analizar en otra edición. 


Por ahora, es importante celebrar lo que Brasil hizo bien, que fue dar cabida a una movilización enorme de comunidades indígenas, aunque muchas de ellas quedaron insatisfechas, pues sienten que fueron usadas porque no se les dieron los espacios prometidos. No obstante, diversas referencias a ellas y ellos aparecen en textos y se espera que este tema siga cobrando fuerza en conversaciones por venir.  


La COP30 queda con un paquete incompleto, pero importante. El multilateralismo sigue quedando en tela de juicio y se teme que estos avances limitados, den paso a la apertura de más fuerzas conservadoras que no creen en la cooperación internacional. El ejemplo de Estados Unidos hoy invade la narrativa en Europa, en América Latina y otros espacios, de los que pronto hablaré. Lo cierto es que debemos dejar a las COPs deliberar sobre los asuntos internacionales climáticos pendientes y debemos reducirle la carga y la presión.  


No es sostenible seguir teniendo tantos eventos paralelos y espacios que no coadyuvan a los resultados de la negociación, sino que generar una importante distracción, sobre todo aquellos financiados por las grandes corporaciones.  


La presidencia querrá ver el vaso medio lleno, otros lo vemos medio vacío, lo importante es que el vaso ya tiene muchos elementos que ya establecen hacia donde avanzar en la implementación. Es decir, ya no se vale solo echarle la culpa a las COPs por los fracasos en la acción climática, los acuerdos necesarios ya están en la mesa. Las COPs ahora solo son para afinar dichas decisiones, pero el paquete más grande ya existe, se llama Acuerdo de París, así que aquellos detractores del sistema climático no esperen más y aceleren la acción, que el tiempo se agota…

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