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UN FUTURO MÁS JUSTO, SOSTENIBLE E INCLUSIVO PARA LATINOAMÉRICA


UN FUTURO MÁS JUSTO, SOSTENIBLE E INCLUSIVO PARA LATINOAMÉRICA: Más de 10.000 personas e instituciones hacen un llamado por una reactivación verde


El 2020 ha sido, sin duda, un año de cambios y conflictos que plantean un escenario crítico e incierto, ya que a nivel global han convergido múltiples crisis derivadas principalmente de los modelos de desarrollo imperantes, los cuales han incrementado la fragilidad social y las brechas de inequidad. Si bien, ya han pasado varios meses desde que la pandemia de COVID-19 surgió como problemática, los gobiernos no han logrado dar respuesta a las profundas necesidades sociales de la población, y, en algunas regiones como Latinoamérica y el Caribe, la crisis se ha visto exacerbada por el debilitamiento de los sistemas democráticos y la constante vulneración de los derechos humanos y de la naturaleza.


De continuar por el mismo rumbo, es probable que, en el marco de los procesos de reactivación económica que los países de América Latina han emprendido, se aceleren las crisis ambientales como la crisis climática y la de pérdida de biodiversidad, cuyos impactos negativos ya están afectando a la región, y que tendrán efectos cada vez más adversos que afectarán especialmente a los grupos más vulnerables, que lamentablemente serán los mismos bajo cualquier escenario de crisis: mujeres, niños, pequeños productores rurales, pueblos indígenas, migrantes, discapacitados, ancianos y personas de escasos recursos (cuyo número subirá en 45 millones, de acuerdo a estimaciones de la CEPAL en relación a pobreza).


Sin embargo, esta coyuntura plantea a la vez una gran oportunidad para emprender cambios transformacionales tanto a nivel de economías como de sociedades, y a nivel nacional como regional, han surgido con mucha fuerza varias iniciativas ciudadanas que manifiestan que como humanidad nos encontramos en un punto de inflexión, en el que es URGENTE, pero también POSIBLE, realizar cambios estructurales a los actuales modelos civilizatorios que han demostrado ser insostenibles.


Es el caso de al menos siete (7) iniciativas regionales que, bajo los lemas de “Recuperación Justa”, “Una Nueva Normalidad”, “Reactivación Transformadora”, “Nuestra América Verde”, “Revolución Sostenible”, “Principios para un futuro sostenible” y “Reactivación Sostenible” aglutinan la voz de más de 10.500 personas, instituciones y asambleístas de 16 países, firmantes de pronunciamientos regionales y participantes de actividades organizadas por las iniciativas, que unen sus voces bajo la premisa de que el actual proceso de reactivación representa la oportunidad histórica para que Latinoamérica pueda redefinir colectivamente un futuro más justo, sostenible e inclusivo. Entre los firmantes se encuentran los ex-presidentes de Chile, Ricardo Lagos, y México, Felipe Calderón, y ex Ministros de Ambiente de Costa Rica, Chile, Brasil, Ecuador, México y Colombia, así como activistas climáticos de la talla de Christiana Figueres y Gonzalo Muñoz, representantes de academia, gobiernos subnacionales, sociedad civil, comunidades indígenas y sector privado.


Las iniciativas coinciden en que no se debe volver a la normalidad que conocíamos y que, en ese sentido, las medidas de reactivación deben ayudar a subsanar la crisis socioambiental y asegurar que las brechas sociales sean atendidas en el corto plazo, con una visión a largo plazo consistente con la Agenda 2030 y otros compromisos internacionales; en búsqueda de una nueva normalidad basada en los principios de la colaboración, simplicidad, equidad y corresponsabilidad; y con una visión latinoamericana que promueva la paz, el respeto y la democracia. También reconocen el rol de todos los sectores de la población para hacer posible esta profunda transformación.


En ese sentido, las propuestas regionales abogan por una reactivación que promueva la aplicación de políticas integrales que prioricen el cuidado de la salud y la atención de las necesidades básicas; la creación de empleos principalmente en sectores no extractivos y bajos en carbono; el aumento de la resiliencia principalmente en los grupos más vulnerables; una transición energética justa; una profunda reconstrucción valórica y una verdadera transformación sistémica; protección social a trabajadores y familias; decisiones que tomen en cuenta el conocimiento científico así como los saberes ancestrales de nuestros pueblos; el fortalecimiento de la autonomía y modelos colaborativos; impulso a la educación gratuita y la reducción de la brecha tecnológica; y la recuperación de la economía bajo nuevos paradigmas de desarrollo que impliquen inversiones y reformas fiscales para garantizar el bienestar de la población (no solo crecimiento económico); así como un verdadero pacto eco-social reflejado en sistemas más justos, democráticos, inclusivos y sostenibles que no pierdan de vista la estrecha relación que existe entre la salud del planeta y la salud de las personas.


Conoce más de las iniciativas y sus propuestas, y une tu voz en:


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